jueves, 2 de octubre de 2014

LA FAMILIA EN EL NUEVO PLAN DIOCESANO DE PASTORAL


“LA ALEGRIA QUE RENACE DE JESUCRISTO”

PLAN DIOCESANO DE PASTORAL
Diócesis de Jaén
Cursos 2014-16

 
            Nuestra Diócesis cuenta con un nuevo Plan Diocesano de Pastoral, que como dice en su introducción "pretende seguir las orientaciones propuestas por el Papa Francisco en la Exhortación Evangelii Gaudium, con la conciencia de saber que la Iglesia Católica se encuentra inmersa en una nueva etapa evangelizadora (E.G.17), y siguiendo lo que viene a llamarse, la Nueva Evangelización, que demanda una novedad en el ardor, en los métodos y en las expresiones.



             En lo que concierne a la Pastoral Familiar dicho Plan en su capítulo I, titulado "una Iglesia renovada" nos recuerda a todos los fieles laicos que “es bueno que puedan vernos como alegres mensajeros de propuestas superadoras, custodios del bien y la belleza que resplandecen en una vida fiel al Evangelio” (E.G.168). Y la necesidad de hacer un seguimiento y aplicación de las enseñanzas que el inminente Sínodo extraordinario sobre la familia nos ofrezca.

            El capítulo segundo comienza con las palabras del Papa “Espero que todas las comunidades procuren poner los medios necesarios para avanzar en el camino de una conversión pastoral y misionera, que no puede dejar las cosas como están… Constituyámonos en todas las regiones de la tierra en un ” (E.G.25). Y como objetivos y sensibilidades se señala como uno de los campos especiales para la “misión” o Iglesia en salida es la FAMILIA, con sus nuevos retos y posibilidades. Proponiendo como tarea una especial atención a las familias que atraviesan una crisis profunda (G.S.66).

             Nos queda trabajar y profundizar en estas líneas esbozadas que nos permitan en el ámbito de la Pastoral Familiar seguir estando cerca, sobre todo, de las familias heridas.


             Así nos lo recuera el epilogo del documento haciendo referencia a las declaraciones del Papa Francisco en "Civittà Cattolica “Veo con claridad que lo que la Iglesia necesita con mayor urgencia hoy es una capacidad de curar heridas y dar calor a los corazones de los fieles, cercanía, proximidad. Veo a la Iglesia como un hospital de campaña tras una batalla. ¡Qué inútil es preguntarle a un herido si tiene altos el colesterol o el azúcar! Hay que curarle las heridas. Ya hablaremos luego del resto. Curar heridas, curar heridas... Y hay que  comenzar por lo más elemental”.

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