jueves, 26 de marzo de 2015

Lecturas de hoy Jueves de la 5ª semana de Cuaresma



Evangelio de hoy


Lectura del santo evangelio según san Juan (8,51-59):

En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos: «Os aseguro: quien guarda mi palabra no sabrá lo que es morir para siempre.» 
Los judíos le dijeron: «Ahora vemos claro que estás endemoniado; Abrahán murió, los profetas también, ¿y tú dices: "Quien guarde mi palabra no conocerá lo que es morir para siempre"? ¿Eres tú más que nuestro padre Abrahán, que murió? También los profetas murieron, ¿por quién te tienes?» 
Jesús contestó: «Si yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no valdría nada. El que me glorifica es mi Padre, de quien vosotros decís: "Es nuestro Dios", aunque no lo conocéis. Yo sí lo conozco, y si dijera: "No lo conozco" sería, como vosotros, un embustero; pero yo lo conozco y guardo su palabra. Abrahán, vuestro padre, saltaba de gozo pensando ver mi día; lo vio, y se llenó de alegría.» 
Los judíos le dijeron: «No tienes todavía cincuenta años, ¿y has visto a Abrahán?» 
Jesús les dijo: «Os aseguro que antes que naciera Abrahán, existo yo.» 
Entonces cogieron piedras para tirárselas, pero Jesús se escondió y salió del templo.

Palabra del Señor

miércoles, 18 de marzo de 2015

Fw: Jornada por la Vida


 Jornada por la VIDA 2015
Os recordamos que la Jornada por la Vida se celebra el 25 de este mes y nuestra aunque seguro habrá celebraciones en distintas parroquias de nuestra diócesis, la delegación de Familia y Vida lo va a hacer este año, junto aquellos cuya vida ya está próxima a su plenitud; los más mayores.
 
Será en la parroquia San Juan Pablo II, en la margen izquierda descendente del paseo de España (Boulevard), junto a los internos de la residencia de Mayores Caridad y Consolación, el mismo 25 por la tarde a las 19:00 h.
 
Si podeis acercaros a rezar con nosotros por la vida, no lo dudeis, hacedlo, y también podemos recordar y actualizar ese envío que hace un año nos hizo nuestro Obispo. Pero si no podeis, rezad por la vida donde estéis.
 
Un fuerte abrazo y feliz semana.
 
 



Este mensaje no contiene virus ni malware porque la protección de avast! Antivirus está activa.


martes, 17 de marzo de 2015

LECTIO DIVINA: JUAN 5,1-16

Lectio: 
 Martes, 17 Marzo, 2015
Tiempo de Cuaresma

1) Oración inicial
Te pedimos, Señor, que las prácticas santas de esta Cuaresma dispongan el corazón de tus fieles para celebrar dignamente el misterio pascual y anunciar a todos los hombres la grandeza de tu salvación. Por nuestro Señor.
2) Lectura
Del Evangelio según Juan 5,1-16
Después de esto, hubo una fiesta de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén. Hay en Jerusalén una piscina Probática que se llama en hebreo Betzatá, que tiene cinco pórticos. En ellos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos, paralíticos, esperando la agitación del agua. Porque el ángel del Señor se lavaba de tiempo en tiempo en la piscina y agitaba el agua; y el primero que se metía después de la agitación del agua, recobraba la salud de cualquier mal que tuviera. Había allí un hombre que llevaba treinta y ocho años enfermo. Jesús, viéndole tendido y sabiendo que llevaba ya mucho tiempo, le dice: «¿Quieres recobrar la salud?» Le respondió el enfermo: «Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se agita el agua; y mientras yo voy, otro baja antes que yo.» Jesús le dice: «Levántate, toma tu camilla y anda.» Y al instante el hombre recobró la salud, tomó su camilla y se puso a andar.
Pero era sábado aquel día. Por eso los judíos decían al que había sido curado: «Es sábado y no te está permitido llevar la camilla.» Él les respondió: «El que me ha devuelto la salud me ha dicho: Toma tu camilla y anda.» Ellos le preguntaron: «¿Quién es el hombre que te ha dicho: Tómala y anda?» Pero el curado no sabía quién era, pues Jesús había desaparecido porque había mucha gente en aquel lugar. Más tarde Jesús lo encuentra en el Templo y le dice: «Mira, has recobrado la salud; no peques más, para que no te suceda algo peor.» El hombre se fue a decir a los judíos que era Jesús el que le había devuelto la salud. Por eso los judíos perseguían a Jesús, porque hacía estas cosas en sábado.
3) Reflexión
• El Evangelio de hoy describe como Jesús cura a un paralítico que se quedó esperando 38 años para que alguien le ayudara a llegar al agua de la piscina para curarse. ¡Treinta y ocho años! Ante esta ausencia total de solidaridad, Jesús, ¿qué hace? No respeta la ley del sábado curando al paralítico. Hoy, al faltar gente que atiende a las personas enfermas en los países pobres, mucha gente experimenta esa misma falta de solidaridad. Viven en abandono total, sin ayuda, sin solidaridad de parte de nadie.
• Juan 5,1-2: Jesús va a Jerusalén. En ocasión de una fiesta de los judíos, Jesús va a Jerusalén. Había allí, cerca del Templo, una piscina con cinco pórticos o pasillos. En aquel tiempo, el culto en el Templo exigía el uso de mucha agua para los numerosos animales que se sacrificaban, sobre todo en las grandes fiestas. Por esto, al lado del Templo, había diversas cisternas con más de un millar de litros de agua. Y allí cerca, gracias a la abundancia de agua, había un balneario público, donde los enfermos se aglomeraban a la espera de ayuda o de curación. La arqueología informa que, en aquel mismo lugar del Templo, había otro donde los escribas enseñaban la ley a los estudiantes. Por un lado, la enseñanza de la Ley de Dios. Por otro, el abandono de los pobres. Y el agua purificaba el Templo, pero no purificaba a la gente.
• Juan 5,3-4: La situación de los enfermos. Esos enfermos se sentían atraídos por las aguas del balneario. Decían que un ángel removía las aguas y el primero que bajara después del movimiento del ángel quedaría curado. Dicho con otras palabras, los enfermos se sentían atraídos por falsas esperanzas. Pues la curación era sólo para una sola persona. ¡Como las loterías de hoy! ¡Sólo una persona gana un premio! La mayoría solamente paga y no gana nada. Y en esta situación de total abandono, allí en el balneario popular, Jesús encuentra a los enfermos.
• Juan 5,5-9: Jesús cura en el día de sábado. Bien cerca del lugar donde se enseñaba la observancia de la Ley de Dios, un paralítico se quedó por 38 años a la espera de alguien que le ayudara a bajar al agua para que se curara. Este hecho revela la absoluta falta de solidaridad y de acogida a los excluidos. El número 38 indicaba la duración de una generación (Dt 2,14). Es toda una generación que no llega a experimentar ni solidaridad, ni misericordia. La religión de la época no era capaz de revelar el rostro acogedor y misericordioso de Dios. Ante esta situación dramática, Jesús no observa la ley del sábado y se ocupa del paralítico diciendo: "¡Toma tu camilla y anda!" El hombre agarra su camilla y se va, y Jesús desaparece en medio de la multitud.
• Juan 5,10-13: Discusión del hombre curado con los judíos. Llegan inmediatamente algunos judíos y critican al hombre por cargar con su camilla en el día de sábado. El hombre no sabe responder a la pregunta de quién le ha curado. No conocía a Jesús. Esto significa que Jesús, al pasar por ese lugar de pobres y enfermos, vio a aquel hombre, percibió la situación dramática en la que se encontraba y, sin más, lo cura. No lo cura para que el hombre se convierta, ni para que crea en Dios. Lo hace, para ayudarle. Quería que el hombre pudiera experimentar un poco de amor y de solidaridad mediante su ayuda y su afecto.
• Juan 5,14-16: El reencuentro con Jesús. Al ir al Templo en medio de la multitud, Jesús encuentra a la misma persona y le dice: "¡Mira, has recobrado la salud! ¡No peques más para que no te suceda algo peor!" En aquel tiempo, la gente decía: "¡La enfermedad es el castigo de Dios! Si tiene parálisis, es señal de que Dios no está a bien contigo." Jesús no concordaba con este modo de pensar. Al curar al hombre, estaba diciendo lo contrario: “Tu enfermedad no es un castigo de Dios. Dios está contigo." Una vez curado, el hombre debe tratar de no pecar más, para que no le suceda algo peor. Pero ingenuamente, el hombre va a decir a los judíos que Jesús era quien le había curado. Los judíos empiezan a perseguir a Jesús porque hace cosas en el día de sábado. En el Evangelio de mañana veremos cómo sigue.
4) Para la reflexión personal
• ¿Has tenido una experiencia semejante a la del paralítico, quedándote un tiempo sin ayuda? ¿Cómo es la situación de asistencia a los enfermos en el lugar donde tú vives? ¿Hay señales de solidaridad?
• ¿Qué nos enseña esto a nosotros?
5) Oración final
Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza,
poderoso defensor en el peligro.
Por eso no tememos aunque tiemble la tierra,
y los montes se desplomen en el mar. (Sal 45)

Lecturas de hoy Martes de la 4ª semana de Cuaresma

Evangelio de hoy


Lectura del santo evangelio según san Juan (5,1-3.5-16):


En aquel tiempo, se celebraba una fiesta de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén. Hay en Jerusalén, junto a la puerta de las ovejas, una piscina que llaman en hebreo Betesda. Esta tiene cinco soportales, y allí estaban echados muchos enfermos, ciegos, cojos, paralíticos. Estaba también allí un hombre que llevaba treinta y ocho años enfermo.
Jesús, al verlo echado, y sabiendo que ya llevaba mucho tiempo, le dice: «¿Quieres quedar sano?»
El enfermo le contestó: «Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se remueve el agua; para cuando llego yo, otro se me ha adelantado.»
Jesús le dice: «Levántate, toma tu camilla y echa a andar.»
Y al momento el hombre quedó sano, tomó su camilla y echó a andar. 
Aquel día era sábado, y los judíos dijeron al hombre que había quedado sano: «Hoy es sábado, y no se puede llevar la camilla.»
Él les contestó: «El que me ha curado es quien me ha dicho: "Toma tu camilla y echa a andar."»
Ellos le preguntaron: «¿Quién es el que te ha dicho que tomes la camilla y eches a andar?»
Pero el que había quedado sano no sabía quién era, porque Jesús, aprovechando el barullo de aquel sitio, se había alejado. 
Más tarde lo encuentra Jesús en el templo y le dice: «Mira, has quedado sano; no peques más, no sea que te ocurra algo peor.»
Se marchó aquel hombre y dijo a los judíos que era Jesús quien lo había sanado. Por esto los judíos acosaban a Jesús, porque hacía tales cosas en sábado.



Palabra del Señor

lunes, 16 de marzo de 2015

Jornada por la VIDA 2015

Os recordamos que la Jornada por la vida se celebra el 25 de este mes y nuestra diócesis lo va ha hacer cerca de los más mayores en San Juan Pablo II, con los internos de la residencia de Mayores Caridad y Consolación, el mismo 25 por la tarde a las 7. Si podeis acercaros a rezar con nosotros por la vida, no lo dudeis, hacedlo, pero si no podeis, rezad por la vida donde esteis. 

martes, 3 de marzo de 2015

JORNADA POR LA VIDA


25 de marzo de 2015

ORACIÓN

Oh, María, aurora del mundo nuevo,
Madre de los vivientes, 
a ti confiamos la causa de la vida: 
mira, Madre, el número inmenso de niños 
a quienes se impide nacer, 
de pobres a quienes se hace difícil vivir, 
de hombres y mujeres víctimas de violencia inhumana, 
de ancianos y enfermos muertos 
a causa de la indiferencia o de una presunta piedad. 
Haz que quienes creen en tu Hijo 
sepan anunciar con firmeza y amor 
a los hombres de nuestro tiempo 
el Evangelio de la vida. 
Alcánzales la gracia de acogerlo como don siempre nuevo, 
la alegría de celebrarlo con gratitud 
durante toda su existencia 
y la valentía de testimoniarlo con solícita constancia, 
para construir, 
junto con todos los hombres de buena voluntad, 
la civilización de la verdad y del amor, 
para alabanza y gloria 
de Dios Creador y amante de la vida. 
Amén.

JUAN PABLO II, Evangelium vitae

Jornada por la VIDA


2015fotocartelvida

Este año el lema es genial "HAY MUCHA VIDA EN CADA VIDA"

El mensaje de nuestros obispos dice:

"1. Al celebrar la Jornada por la Vida queremos reconocer el don precioso de la vida humana, independientemente de cualquier circunstancia o condición. Toda vida humana es valiosa porque es imagen de Dios. Esta es la gran revelación sobre la naturaleza humana: «Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó, varón y mujer los creó» (Gén 1, 27). Para Dios, todos y cada uno de los seres humanos poseen un valor excepcional, único e irrepetible. Nuestra vida es un don que brota del amor de Dios que reserva a todo ser humano, desde su concepción, un lugar especial en su corazón, llamándolo a la comunión gozosa con Él. En toda vida, en la recién concebida, en la débil o sufriente, podemos reconocer el sí que Dios ha pronunciado sobre ella de una vez para siempre. Aquí se fundamenta la razón de hacer de este sí la actitud justa y propia hacia cada uno de nuestros prójimos sea cual sea la situación en que estos se encuentren1 . 

2. Dios nos ha regalado la vida y ha confiado la vida de cada persona a los demás, en una fraternidad real que procede de Dios Padre, que nos hace hermanos y nos indica la verdad de ser don para el otro y de aprender a acoger el don que el otro supone para mí. El ser humano no es una isla, no es una realidad encerrada en sí misma, sino un ser en relación. La experiencia muestra con claridad que el ser humano solo alcanza su plenitud en la comunicación y el diálogo interpersonal que genera la comunión. Asímismo, el ser humano es una misteriosa combinación de pobreza y grandeza. Nadie puede desarrollarse en plenitud en soledad, sino viviendo en comunión recíproca con los demás. Y, al mismo tiempo, todos y cada uno de nosotros somos capaces de enriquecer a los demás. En estos tiempos en los que el individualismo y la autosuficiencia calan en nuestra sociedad, conviene recordar que todos, de alguna manera, somos seres dependientes y necesitados. Nadie puede alcanzar una vida plena si no es con la ayuda de los demás, si no es mediante la aceptación del don de otro que colma mi indigencia. 

3. Algunas personas vienen al mundo con una particular necesidad, vulnerabilidad o discapacidad. Lamentablemente hay quien piensa que esas vidas no merecen la pena y no son dignas de ser vividas. Ello es debido a que se considera que la vida solo merece respeto cuando supera un cierto nivel de “calidad de vida”. Esta forma de pensar muestra la incapacidad de apreciar el valor y la dignidad de toda vida humana, más allá de sus condicionantes, así como una deplorable dosis de autocomplacencia, falsa seguridad y orgullo que termina por minusvalorar o despreciar, aunque sea de modo soterrado o sutil, a la persona débil o enferma. 

4. ¿Cómo calificar un mundo que negara la acogida y protección a los más débiles? ¿Qué tipo de sociedad estaríamos construyendo si minusvaloramos o rechazamos al que es más vulnerable y está más necesitado? Las personas discapacitadas nos muestran la grandeza de su corazón y de su existencia. Son los campeones de la vida por su coraje, un ejemplo para todos y un verdadero testimonio de la grandeza de su existencia. Reflejan los valores más genuinos del ser humano, que posee un valor infinito con independencia de cualquier condicionamiento físico, psíquico, social o de cualquier otra índole. Son personas grandes, capaces de darlo todo, capaces de enriquecer a los demás y capaces de acoger a todos. Esto se pone de manifiesto en la existencia cotidiana de tantas familias que han aprendido a mirar la vida desde otra perspectiva con la llegada de un hijo con alguna discapacidad. Conocemos tantísimos testimonios de familias que afirman que sus hijos “especiales” (y qué hijo no es especial e irrepetible para su padre y su madre) son fuente de felicidad en sus casas, verdadero testimonio de amor y esperanza, y que ayudan a crecer en humanidad a todos los miembros de la familia. Como toda vida humana sabemos que esas vidas también son, como las nuestras, una misteriosa mezcla de indigencia y grandeza, de necesidad y riqueza. 

5. Todos estamos llamados a implicarnos en la defensa de la vida, especialmente de la más vulnerable, débil e indefensa. Debemos construir una verdadera comunidad humana en la que todos nos percibamos como un inmenso don de Dios llamados a cuidarnos los unos de los otros, a socorrer nuestra indigencia con la grandeza de la vida del prójimo y viceversa, en una sinfonía de la caridad, en la que al dar la propia vida y recibir la del prójimo crecemos como personas y edificamos un mundo verdaderamente humano. El Hijo de Dios, tomando carne de María, nos ha mostrado la altura, anchura y profundidad del amor que verdaderamente puede saciar el corazón humano. El Espíritu, que es artífice de comunión en el amor, crea entre nosotros una nueva fraternidad reflejo de la vida de Dios que es comunión de Personas. Por eso, el compromiso al servicio de la vida obliga a todos y cada uno. Es una responsabilidad propiamente «eclesial», que exige la acción concertada y generosa de todos los miembros y estructuras de la comunidad cristiana. Sin embargo, la misión comunitaria no elimina ni disminuye la responsabilidad de cada persona, a la cual se dirige el mandato del Señor de «hacerse prójimo » de cada ser humano: «Vete y haz tú lo mismo» (Lc 10, 37).

6. Este compromiso comunitario requiere la participación social y política en vistas al bien común. Por eso, cada uno de nosotros, las familias como sujetos de la vida social, asociaciones civiles e instituciones debemos trabajar con audacia, constancia y creatividad para que las leyes e instituciones civiles defiendan y promuevan el derecho a la vida desde su concepción hasta su muerte natural, reformando o derogando aquellas legislaciones injustas, como las actualmente vigentes, y promoviendo iniciativas que defiendan, tutelen y promuevan el derecho a la vida de todo ser humano como fundamento de una sociedad verdaderamente humana. En esta solemnidad de la Anunciación queremos encomendar a todas las familias y a quienes se encuentran en situación de debilidad, sufrimiento o exclusión al cuidado materno de María, de cuyo seno hemos recibido al Autor de la Vida. Con afecto fraterno.

lunes, 2 de marzo de 2015

Películas interesantes


Cartas a Dios


Hoy quiero sugerir una película, es algo triste, pero encierra un mensaje muy interesante, La película es "Cartas a Dios".
Año
2009
Duración
105 min.
País
Francia
Director
Eric-Emmanuel Schmitt
Guión
Eric-Emmanuel Schmitt
Música
Michel Legrand
Fotografía
Virginie Saint-Martin
Reparto
Michèle LaroqueAmir Ben AbdelmoumenMax von SydowAmira CasarMylène DemongeotConstance DolléSimone-Elise GirardBenoît BrièreMathilde Goffart,Thierry Neuvic
Productora
Coproducción Francia-Bélgica-Canadá; Pan Européenne Production / Cinémaginaire Inc. / Climax Films
Género
Drama | AmistadEnfermedad
Sinopsis
Oscar es un niño de diez años que está internado en un hospital infantil. Ni sus padres ni los médicos se atreven a decirle la verdad sobre su enfermedad. Sólo Rose, la repartidora de pizzas, una mujer de bruscos modales, es capaz de ganarse su confianza y entretenerlo. Un día, le propone un juego: imaginar que cada día que pasa equivale a diez años, de modo que, en unos días, Oscar alcanzaría una larga vida. Además, para conseguir que el niño hable de sí mismo, lo anima a escribirle a Dios. En sus cartas, Oscar confiesa sus alegrías y sus penas, sus miedos, su primer amor, sus sensaciones ante el paso del tiempo. Así, entre Oscar y Rose se va fraguando una amistad muy particular. 

Las críticas se centran entorno a que la película es de cine religioso. Vale.