Un año más la
Delegación Episcopal de Familia y Vida convocó el Encuentro de Movimientos
Familiares y Equipos Parroquiales de Pastoral Familiar, que se celebró el
pasado 18 de enero en el Seminario Diocesano de Jaén. Este año giró en torno a
la Vocación, siguiendo las indicaciones del Plan Diocesano de Pastoral, y cuyo
lema fue “La Vocación en sus diferentes perspectivas y su tratamiento en las
familias”.
El encuentro
comenzó con las palabras de nuestro Obispo, que recalcó la importancia de mutuo
conocimiento y del trabajo en comunión de los distintos movimientos,
asociaciones y agentes de pastoral familiar, sobre todo, ante el reto que la
Iglesia nos propone con la convocatoria del sínodo sobre la familia.
El documento
preparatorio se titula “Los desafíos pastorales sobre la familia en el contexto
de la nueva evangelización” y recoge 38 preguntas sobre cómo las familias viven
la fe. El itinerario de esta reflexión, nos explicó D. Ramón del Hoyo, tendrá
dos etapas: la primera, es la Asamblea General Extraordinaria de 2014 que elaborará
lo que se conoce como status quaestionis y recogerá
testimonios y propuestas; la segunda es la Asamblea General Ordinaria prevista
para 2015, destinada a individuar las líneas operativas para la pastoral de la
persona humana y de la familia, Instrumentum
laboris.
Para el proceso,
ya iniciado, de consulta a través del cuestionario, indicó nuestro Obispo, se
han invitado a los párrocos a difundir el documento a los distintos agentes de
pastoral familiar con el fin de obtener datos concretos y reales. En estos
momentos se están recogiendo esas respuestas para elaborar un documento
unificado de la Diócesis, que medirá el pulso de la situación: saber qué se piensa
y cómo se vive la fe en la realidad, y enviarlo a Roma.
Para
finalizar, nuestro Obispo nos recordó que descubrir nuestra vocación es
descubrir lo que en verdad somos y a lo que estamos llamados. Y que la familia
es el lugar privilegiado para el planteamiento vocacional.
Seguidamente
el Delegado de Familia y Vida, D. Francisco de la Torre, hizo un pequeño
recorrido por los Encuentros anteriormente celebrados y, a partir de la cita de
Samuel (I Sam 3, 1-10), nos recordó los principales relatos de vocación
recogidos en la Sagrada Escritura; Moisés, Gedeón, Isaías, Jeremías, llegando
hasta el anuncio del ángel a María en la Anunciación. Todas ellas
caracterizadas, en mayor o menor medida, por una llamada, una resistencia o
inconveniente a reconocer y a acoger esa llamada, una promesa de asistencia que
finalmente vence todas las barreras e inconvenientes y hace que la aceptación
de la vocación se haga de forma plena.
Tras estas
palabras comenzó la mesa redonda en la que intervinieron, en primer lugar, Francisco Ortega y Paula Pinilla, que recordaron
como sus seis años de noviazgo han estado llenos de momentos especiales de
encuentro con Dios y con los demás y, por supuesto, entre ellos, momentos de
ilusión, alegría y ganas de compartir para avanzar, día a día, y aunque a veces
se pueden sentir incomprendidos entre sus amigos y compañeros, no por ello
dejan de luchar para poder llegar a realizarse en un futuro como matrimonio y
fundar, así, su propia familia. A continuación, Mª Victoria Fernández, miembro
de la Institución Teresiana, nos iluminó con su largo caminar por las distintas
situaciones que le ha tocado afrontar, todas ellas vividas con el objetivo de
ser mejor, de estar más cerca de Dios, de ser, en definitiva, más santa, ya que
como decía S. Pedro Poveda “la santidad es compatible con todos los estados,
con todos los temperamentos y con toda edad y sexo”. Vicente
Pereña y Fina Rojo, pusieron de relieve como después de 36 años de matrimonio,
bendecido con dos hijas, un nieto y dos en camino, su vocación a la vida
matrimonial, ha estado llena siempre del agradecimiento a Dios, porque cada uno
de ellos considera al otro como un verdadero don, y aunque en los momentos
difíciles alguno de los dos se ha podido “despistar”, siempre ha estado ahí
Dios, porque el verdadero matrimonio en un matrimonio de tres, los dos esposos
y Dios. Su vocación la han intentado vivir día a día, haciendo de lo ordinario
siempre algo extraordinario. Seguidamente, la Hna. Anuncia Estéve, religiosa de
la Sagrada Familia de Burdeos, nos relató cómo aún en ambientes poco favorables
la vocación puede florecer, a pesar también de las resistencias personales, si
hay una actitud de escucha y apertura la llamada se abre camino, dónde y cómo
Dios quiere, aunque también puso de relieve el importante papel de los
intermediarios, para acompañar en las primeras etapas de discernimiento
vocacional. El Hno. Federico Gómez, hermano Marista, hizo hincapié en que la
llamada a la vocación es una llamada a ser feliz, a realizarse plenamente como
persona, y que con la fuerza del Espíritu y el sustento de la oración, recorrer
los distintos senderos que Dios nos va marcando, con decisión, con alegría y
evitando la monotonía y la rutina, grandes peligros en cualquier tipo de
vocación. D. José Rodríguez, sacerdote diocesano, párroco de San Francisco de
Linares, hizo patente con su testimonio que la persona con vocación, es una
persona llamada a ser puente entre Dios y los hombres; la vocación es un
proceso que se basa en la confianza y que se ha de madurar día a día, pues no
son pocas las dudas y las incertidumbres que a lo largo del camino nos
encontramos. Finalmente, Jesús Ureña, sacerdote diocesano, párroco de Orcera,
que compartió con todos como la llamada a la vocación está latente en cada uno
de nosotros, aunque podemos demorarla o aplazarla, si estamos abiertos a la
escucha, tarde o temprano debemos afrontarla, y decididamente acoger esa
llamada y darle respuesta. No sólo en los caminos virtuosos sino también las
situaciones de alejamiento o de pecado pueden transformarse, gracias a la
misericordia de Dios, en puntos de partida para que las puertas del corazón se
abran y se acoja la vocación a la que estamos llamados.
Tras la mesa
redonda una reunión con los responsables de los movimientos familiares y
equipos parroquiales de Pastoral Familiar, nos ayudó a poner en común como
hemos colaborando en el cuestionario para el Sínodo, las fechas más
significativas de cada movimiento o parroquia para compartirla en la página web
de la Delegación y una rápida reflexión sobre la realidad de los Cursos de
Preparación al Matrimonio. Estudiamos la posibilidad de celebrar un encuentro
para conocer los distintos itinerarios, necesidades y respuestas que se están
dando en nuestra diócesis. Con ello concluyó el encuentro, quedando emplazados para
el próximo Encuentro Diocesano de Apostolado Seglar, en Pentecostés.
Fotos del Encuentro
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